El
grupo despertó en el centro de mando y todo se paralizo por algunos segundos.
Los fenómenos tomaban bocanadas de aire y despertaban del sueño. Charlin,
Raymond, Raquel y Antonio, se miraron al instante y sabían que el plan había
funcionado, ahora solo quedaba escapar del recinto y atrapar a la doctora para hacerla
pagar por todo.
-Pero aquí falta uno.- dijo rápido Raymond,
viendo el cuerpo de Murray. Que aún dormitaba.
-No quiso acompañarnos el muy terco.-Dijo
Francisco-¿Ustedes son?- pregunto a continuación.
-Disculpa. Somos fenómenos infiltrados, nosotros
armamos el plan para rescatarlos. Tenemos que darnos prisa antes que lleguen
los de seguridad, no deben tardar.
Michel no había visto a Raquel aún. Raquel
andaba vigilando el pasillo, pero al volver se topó con Michel y se abrazaron
una a la otra. La amistad que existía entre estas dos chicas era algo más.
-Tenemos que ir por el pasillo y salir al andén.
Allí hay un tren y algunos autobuses que la organización utiliza. Tomaremos los
autos para escapar. Por aquí- Charlin señalo una puerta.- Síganme.
- ¿A dónde creen que van?- una voz áspera y
autoritaria, pregunto desde el fondo de la sala. Era la doctora.- Ustedes no
salen del recinto y es una orden.
-¿Quién nos obliga?
La
doctora le lanzo una mirada llena de odio y se llevó una mano al parcho, y se
lo quito dejando a la luz una bola de cristal blanca y aterradora.-No dejare
que le hagan daño a la humanidad y mucho menos a los científicos que queremos
estudiarlos. Ustedes son armas perfeccionadas, son inmune y pueden curar
enfermedades. ¿Creen que los dejare en libertad?- lanzó una carcajada y luego
presiono un botón que lanzo una especie de gas en todo el recinto. El grupo quiso
escapar, pero el gas trabajaba muy rápido y los fundió en un sueño. Despertaron
al rato en un cuarto distinto, pero amarrados y bajo un campo magnético que cohibía
sus poderes. De sus brazos le extraían mucha sangre, la doctora había decidido
vaciarlos y que murieran con el tiempo. Verlos sufrir.
-Ahora sabrán porque los escogimos a
ustedes.- la doctora dejaba ver su ojo blanco ya no había necesidad de
ocultarlo, comenzó contando una historia y antes de eso ya les sabia explicado
lo que quiera hacerles.-Todo empezó una mañana de camino a la universidad, ya
de eso van algunos años. En la calle me encontré con un amigo y un grupo a los
cuales yo conocía ya. Para ellos yo era la rara, la bruja. Siempre fui como
ustedes, mi poder era ver el futuro de las personas. Mi ojo veía más allá y mi
cabello era una murusa, estaba destinada a tener la apariencia de una bruja o
eso me creía yo. El punto es que un chico que me gustaba mucho estaba en ese
grupo y quedamos para salir esa misma noche. No paso por mi mente que aquello
fuera una trampa, llegue al túnel donde se reunían y allí habían preparado una
hoguera, el amor cegó mi poder y por eso no pude ver lo que vino. Me ataron a
la columna y me prendieron en fuego, gritando y cantando alrededor de la
hoguera <<La Bruja Marcel, Que linda arde, Arde bruja>> yo enloquecía
y ese mismo día descubrí que era inmune a las llamas, mi ropa se quemó y quede
desnuda. Una visión llego a mí y mire como el mundo se consumía y como nos verían
dentro de muchos años. La furia me arremetió y asesine al grupo y los lance a
las llamas, también lo hice con el chico que me gustaba. Desde ese momento,
luego de asesinarlos, no quise ver lo que venía a continuación y en un arrebato
arremetí con mi ojo. Los años pasaron y ya me ven. Ahora capturo a los míos,
porque sé que son valiosos y que allá fuera son útiles. Por eso los tengo aquí,
para que la gente venga a rogar la cura a las enfermedades.
Todo
se apagó y un cuerpo fluorescente surgió
de la luz. Se escuchó una detonación y luego un forcejeo, los fenómenos no podían
ver nada, solo vieron sombras cuando pudieron adaptar la mirada a la oscuridad.
Se escuchaba una respiración agitada que poco a poco se consumía y luego
prendieron las luces de cantazo, dejando ciego a los fenómenos. El grupo tardo
en adaptarse a aquella luz, lo primero que vieron fue un charco de sangre y el
cuerpo de la doctora en ella. En una esquina se encontraba Murray muy mal
herido, la doctora había conseguido desgarrarle el estómago con un puñal que escondía.
Ya todo había acabado para él. Antes de cerrar los ojos, soltó una sonrisa
satisfactoria y dijo.-Logramos escapar.- y dejo de respirar.
El
grupo tardo un poco en llegar a la salida, ya todo el laboratorio era un caos.
Los científicos habían escapado y los guardias defendían la entrada. Por los
altoparlantes se escuchaban las llamadas. Al parecer había personas que querían
entrar al recinto por la fuerza. El andén estaba vacío y lleno de carros. El grupo
encontró un autobús en el cual había espacio para todos.
-¿Ahora qué?- pregunto Miranda.
-Salgamos de aquí.-dijo Raquel
-¿A dónde específicamente?- pregunto
Francisco mientras encendía el autobús.
-No sé, solo sal. Veremos a ver que nos
depara.
Emprendieron
la marcha y salieron. Un túnel grande y oscuro los condujo directo a una
autopista. Lo que vieron cuando salieron por el túnel les desgarro el alma.
Todo el mundo se consumía en basura, las personas andaban en unos trajes
especiales con tanques de oxígeno incrustados en la espalda. Aquellas imágenes parecían
sacadas de una película de ciencia ficción en la cual existía una colonia en
otro planeta, pero no era así. Antonio les explico que hacía un año que habían
perdido la capa de ozono y que las tormentas solares habían cambiado todo el ecosistema,
que las personas aumentaron su contaminación y que ahora el mundo era una
especie de desierto. La organización estudiaba a los fenómenos, porque eran
capaces de vivir en condiciones extremas. La isla donde el grupo había estado
expuesto fue creada y sustentada por ellos. El grupo había creado la atmosfera,
el ecosistema y todo lo que rodeaba la
misma. Ahora el trabajo de reconstruir el planeta estaba en mano de los fenómenos.
De personas que algún día fueron rechazados en la sociedad por ser diferentes y
que ahora eran los únicos que podían rescatarlos de aquel infierno. Reconstruir
lo que un día se llamó Tierra. Miranda sentía que el pecho se le quería salir y
le dijo a Francisco que se detuviera, no podía más. El auto se detuvo y todos
salieron a recorrer los predios de aquel desierto. Carla escuchaba susurros insignificantes
y no podía ver nada, no había animales por los alrededores. Raquel no podía
volar, estaba exhausta. Francisco escavo en la arena, hizo una abertura muy
profunda y miro a Michel que rápido se agacho e hizo que el agua saliera desde
el fondo del micro pozo. Todos tomaron agua limpia. Miranda se veía un poco
afectada, su cabello parecía un lienzo de colores, muchas emociones la
abarrotaban. Se colocó en cuclillas y acariciando la arena hizo nacer un árbol frondoso,
muy bonito, robusto, impotente todo un centinela digno de llamarse “Padre” y así
se llamó. Padre fue el primer árbol que se instaló en el planeta y que desde
ese día comenzarían a repoblarla de naturaleza.
FIN
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